Si en el primer Chakra (Muladhara) aprendimos a sobrevivir, en el segundo (Svadhistana) a relacionarnos con los demás en el tercero comenzamos a definir nuestra propia individualidad. Desde aquí, elegimos, nos hacemos responsables de quienes somos y forjamos nuestra voluntad para conseguir aquello que deseamos, nos formamos opinión y aunque la expresamos desde el quinto Chakra, desde aquí nos armamos del coraje para expresarla. Un 3º Chakra equilibrado denota una autoestima bien fundamentada, disponemos de nuestro poder personal para expresar nuestro ser en el mundo y para dar forma a aquello que queremos llevar a cabo.

Desde el plexo solar (ubicado en nuestro estómago) se desarrollan importantes transformaciones. A través de él nuestros pensamientos “toman forma de acción”. Es por ello que en ocasiones nuestro ego busca el reconocimiento de estas acciones, buscando revalidar lo que ha puesto en práctica cuando nuestro Chakra está en desequilibrio. Algo común entre los niños que buscan referencias pero que deja de ser necesario cuando maduramos, en nuestro estado adulto.

A nivel más físico, Manipura representa el sol, el fuego, el “agni” que transforma. Los alimentos a través del aparato digestivo y todos los sistemas que tienen que ver en su procesamiento químico, transformándose en “nosotros mismos”, en lo que nuestro cuerpo físico necesita para desarrollarse. Actualmente la neurociencia reconoce que tenemos más neuronas en el estómago que en el propio cerebro, por lo que no resulta difícil entender la gran relación que existe entre nuestros pensamientos y nuestro sistema digestivo. Nuestros temores, nuestras indecisiones, la falta de seguridad en nuestras capacidades mentales afectan a nuestro sistema digestivo provocando diversos trastornos. Manipura en desequilibrio implica un uso insuficiente de la capacidad mental o inseguridad acerca del potencial intelectual propio y habrá una tendencia a la frustración.

Este es uno de los Chakras que más se re-equilibra mediante la práctica de asanas, también podemos aplicar otras técnicas como los pranayamas (respiraciones) o soltar la ira y la frustración mediante la meditación en la naturaleza sobre todo aprovechando los rayos del sol.

Qué observar

•¿Sé lo que quiero, y tengo confianza en ser capaz de manifestarlo?
•¿Puedo tomar decisiones y actuar sobre ellos?
•¿Soy consciente de mis emociones y puedo gestionarlas?
•¿Soy capaz de resolver a través de mis sentimientos?
•¿Tiendo a procrastinar o abordo los temas con determinación?
•¿Me sobrecargo de responsabilidades?
•¿Dudo mucho al tomar decisiones?
•¿Cómo de seguro me siento?

Cómo equilibrar

•Meditación
•Soltar el enfado, la ira chillando en el campo para que la tierra lo transforme.
•Golpear cojines con desahogo.
•Perdonar
•Agradecer.
•Empezar a decir que NO cuando quiero decir NO en lugar de complacer
•Regalarme espacios de bienestar conmigo mismo
•Disfrutar de mi propia imagen personal, quererme con pequeños regalos y homenajes
•A través de aromas como el limón, arrayán, cúrcuma, manzanilla, hierbaluisa, helicriso…

Namaste

Por Minerva Tejero

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