¿Sabías que al menos el 15% de lo que olemos llega directamente a la parte límbica de nuestro cerebro (área cerebral correspondiente a las emociones) y al hipotálamo? Nuestra área límbica está conectada con el instinto, el humor y la emoción por lo que se considera que la aromaterapia puede estimular la liberación de sustancias químicas que liberen determinadas emociones. El hipotálamo es la glándula responsable del estado de equilibrio orgánico (homeostasis) y de regular las condiciones para conseguirlo. Hipotálamo y glándula pituitaria trabajan conjuntamente para controlar todo el sistema de glándulas reguladoras del equilibrio de la bioquímica de nuestro organismo.

A lo largo de nuestra evolución todas las civilizaciones han utilizado tanto las plantas como los aceites esenciales para elaboración de tratamientos curativos. Ya en China, Oriente Medio, los nativos americanos o los antiguos Egipcios usaban los aromas en los embalsamamientos, para aromatizar los templos o incluso en los baños hace más de 2000 años. La práctica de la aromaterapia moderna se atribuye principalmente al químico francés René-Maurice Gattefossé quien inició la investigación de los poderes curativos de los aceites esenciales a principios de siglo, al observar cómo el aceite de lavanda le ayudaba en la curación de una quemadura severa que tenía en una mano.

La palabra  AROMATERAPIA viene del  griego “aroma” (olor) y de  “thérapie” (cuidado). Es una rama de la fitoterapia, que recoge el conocimiento acerca del cuidado del cuerpo a través de los aromas de las plantas. Es una técnica complementaria que ayuda en los procesos de re-equilibrio del cuerpo a nivel físico, mental, emocional e incluso espiritual. Recordemos que el aroma de la planta es su aspecto más etérico, el resultado más sutil y volátil de su existencia. Podríamos definirlo como el alma, “la esencia” (y nunca mejor dicho) de la planta, aquello que perdura incluso después de haber perecido.

Las diferentes propiedades calmantes, relajantes o estimulantes de las esencias de las plantas las hacen propicias para conectarnos con las emociones adecuadas en cada caso y abordar con una actitud más favorable nuestros diferentes procesos curativos. Si bien no llegan a curar la dolencia o reparar el daño físico, nos predisponen emocionalmente para gestionar de mejor manera las situaciones que nos generan desequilibrios a nivel físico, mental o emocional. Así, la aromaterapia parece tener su efecto más beneficioso en las dolencias menores como problemas digestivos, síndrome premenstrual, algunos problemas de la piel o enfermedades relacionadas con el estrés.

Para la extracción de estos aceites esenciales de las plantas pueden utilizarse las flores, hojas, semillas o cortezas. Los aceites esenciales se extraen normalmente mediante un complejo proceso de destilación al vapor o por maceración utilizando un aceite vegetal extractor presurizado en frío.

Aceites esenciales comunes y sus usos

Dependiendo de cual sea el efecto que deseemos obtener, algunas de las propiedades emocionales más frecuentes de los aceites esenciales populares pueden ser:

  • Relajantes: lavanda, manzanilla, jazmín, incienso, sándalo, nerolí, naranja, ylang-ylang…
  • Revitalizantes: limón, semilla de pomelo, canela, enebro, geranio, romero…
  • Estimulantes: menta, eucalipto, cardamomo…

Aceites esenciales en Ayurveda

La Ayurveda utiliza los aceites esenciales principalmente a través del masaje, para la inhalación utilizando quemadores, aplicados externamente diluidos previamente en otro aceite portador, en cataplasmas, ungüentos o baños aromáticos. Combina los aceites en función de equilibrar las doshas en nuestro organismo. Así pues, la Ayurveda agrupa los diferentes aceites y sus aromas en función de que ayude a equilibrar cada uno de los tres doshas, por ejemplo:

  • Para equilibrar Vata (energía predominantemente fría, dispersa, creativa) recomendaría aceites que evoquen calidez, concentración o calma, como jengibre, manzanilla, incienso, sándalo o ylang-ylang.
  • Para equilibrar Pitta (energía eminentemente caliente, con tendencia a la exaltación) la recomendación sería hacia aceites más refrescantes como el cilantro, el lirio o la menta o calmantes como el sándalo.
  • Y para equilibrar una energía Kapha (principalmente fría, pesada) harían una acción favorable aceites del tipo bergamota, lavanda, salvia, clavo o pimienta.

Igualmente podríamos utilizar los aceites para mejorar la concentración en nuestra práctica de Yoga o Meditación e incluso explorar sus beneficios a través del masaje sobre los puntos marma o sobre los Chakras. Si quieres profundizar en el mundo de los aromas a través de la Ayurveda te invito a participar en la formación “La Ruta de las Esencias”, dispones de toda la información AQUÍ

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Namaste

Autora: Minerva Tejero – Especialista en Terapias Ayurveda, Yoga Ayurvédico, Desarrollo Personal y Empoderamiento Femenino.

 

 

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