El cambio de año suele ser un buen momento para marcarnos nuevos objetivos y propósitos, sin embargo… ¿Por qué al final suelen quedarse sólo en ilusiones y buenas intenciones? A continuación te compartiré algunas pautas que pueden ayudarte a marcar la diferencia respecto a años anteriores. ¿Quieres que sea un fin de año diferente? Pues te animo a que continúes leyendo este post.

Año tras año nos sentamos ante nuestra cena de Nochevieja con el firme propósito de cumplir todos nuestros objetivos, objetivos que consideramos nos aportarán la felicidad en el siguiente año pero finalmente o no se cumplen o una vez cumplidos tampoco parecen ser el Oasis que atisbábamos en un principio. Entonces, ¿Qué hacemos? Te compartiré los 7 pasos que desde hace años llevo repitiendo y que me han permitido ir alcanzando mis propósitos año tras año a pesar de los obstáculos.

1. Observa

Tómate unos minutos para observar, es decir para mirar atrás con actitud observadora, esto es libre de prejuicios sobre ti mismo y los demás. Sencillamente dedícate a observar como estás aquí y ahora.

Coge una hoja de papel y describe como es tu aquí y ahora en este instante, recorre todo lo que te rodea, tus relaciones, tu trabajo, tu estado de salud… Reconoce todo lo que has conseguido en este mismo año, todo lo que has alcanzado, las experiencias que has vivido, lo nuevo que has aprendido, las personas que has conocido…

2. Escucha

Si aún no estás satisfecho con tu situación actual, si aún no sientes que hayas alcanzado tu nivel de satisfacción… escúchate. ¿Qué deseas realmente desde lo más profundo de tu corazón? A veces lo que creemos que “es”, “no es” así que para ello siéntate en quietud, escúchate y permítete sentir. ¿Qué hay en lo más profundo que aún está insatisfecho? Este puede ser un buen momento para comenzar a llenar ese vacío.

Antes de plantearte ningún objetivo es importante que valores hasta que punto es algo que realmente anhelas conseguir. ¿Qué necesidad profunda cubrirás con ello?

Cuando descubras “para qué quieres alcanzarlo realmente” y conectes con ese sentimiento de profundo anhelo tu mente y tu cuerpo comenzarán a preparar el motor de todo tu organismo para alcanzarlo. El cerebro comenzará a enviar órdenes al resto de organismo para que se ponga a la acción. Sólo cuando conectamos con esa necesidad profunda es cuando articulamos, incluso de manera inconsciente, todos los mecanismos para abordar el objetivo. Este es el motivo por el que muchos de ellos se quedan únicamente en la intención. Se debe principalmente a que no había motivación suficiente y sin motivación no hay compromiso para la acción.

3. Revisa

Es buen momento para hacer balance, para averiguar por qué la insatisfacción sigue ahí. Revisa todo el año anterior y qué comportamientos tuyos te han sido beneficiosos y cuáles no. Revisa tus propias luces y tus propias sombras, sin temor. Sé sincero contigo mismo, es un trabajo para ti mismo y nadie va a juzgarte por ello. Si aún no te sientes satisfecho es momento de preguntarte a qué se debe, ¿Cómo te has comportado para que así sea? ¿Qué hiciste o dejaste de hacer? ¿Qué cualidades personales no te ayudaron a conseguir lo que te proponías?

Valora también todo aquello que muy al contrario te sirvió para avanzar en el año, te llenó de momentos de satisfacción y te acercaron a los objetivos que te planteaste.

Te propongo hacer dos listas una con los comportamientos, cualidades, etc que te alejaron de tus objetivos y los que por otro lado han sido positivos para ti.

4. Suelta

Para volar ligero es necesario soltar, ningún pájaro que vuele alto porta algo sobre sus alas. Para ello puedes ayudarte de algún pequeño ritual o simbolismo que te ayude a anclarlo en tu inconsciente. Algo que a mí me funciona es anotar cada uno de mis comportamientos y cualidades de las que me quiero desprender (porque ya no me sirven) en un pedazo de papel. ¿Recuerda la lista anterior del punto anterior?. Las observo una a una, busco dentro de mí para qué me sirvieron en un momento dado y si ahora ya no las necesito “me despido agradecida” y quemo el papel. Es importante entender que incluso los comportamientos más negativos que desempeñamos cubren una necesidad nuestra. Todos tienen una razón de ser, algunos difícilmente de comprender pero no dejan de ser “nuestras muletas”. Así que agradecidos a la función “de muleta” que nos sirvió en algún momento para caminar es momento de soltarla si queremos avanzar.

La lista de cualidades positivas la ensalzo, me agradezco por haberlas desarrollado y las coloco en un lugar visible para mí, hago un mosaico con ellas o las guardo en un lugar que vea a menudo… para recordarlas. Estas cualidades y conductas positivas son las que te ayudarán a conseguir lo siguiente.

5. Perdona

Perdónate a ti mismo, sin más. No te culpes, no te castigues. Se compasivo, en especial contigo. A veces nos hablamos como no hablaríamos ni a un enemigo. Todo lo que fuiste decidiendo lo hiciste porque en aquel momento considerabas que era lo más adecuado. ¡Es pura supervivencia! Sólo cuando el tiempo pasa y ves otras opciones o vives otras experiencias diferentes a las esperadas es cuando empiezas a comparar y a creer ficticiamente que “lo otro habría sido mejor”. “Si me hubiese ido de la empresa…”, “Si me hubiese quedado…”, “Si hubiese dado la oportunidad a…”, “Si…” Pero en el fondo son sólo falsas ilusiones. ¿Qué sabemos de lo que habría sucedido de tomar la otra acción? Así que deja de castigarte por ello, se amable contigo, es lo que te dará fuerzas y energía para abordar lo siguiente. Si estuvieses ante un equipo de baloncesto por ejemplo, abatido porque van perdiendo, porque han llegado bastante maleados al final del primer tiempo ¿Les echarías en cara lo que no han hecho o les animarías para afrontar la parte que les queda?

6. Agradece

Llegados a este punto es momento de agradecer, de dar las gracias a todos y todo aquello que ha intervenido para que lo que ahora te rodea esté contigo. Agradece que determinadas personas estén en tu vida por lo que te han aportado, agradece también aquello que ha ocurrido de forma inesperada y te colmó de felicidad o aprendizajes, agradece hasta lo más mínimo que ahora mismo tienes porque hasta lo más pequeño puede ser grandioso para el que no lo tiene. Y sobre todo agradécete a ti mismo porque tú, finalmente tú  y tu forma de comportarte con los demás y con el mundo eres el que te ha llevado a donde hoy te encuentras.

7. Define

Define tu propósito, aquello que te propongas alcanzar. A veces el objetivo simplemente puede ser “encontrar tu propósito”. Encontrar aquello a lo que a uno le llena plenamente puede ser una tarea fácil o por el contrario un camino de largo recorrido. Puede que hayas puesto tantas capas sobre tu propia esencia que llegar a ella podría suponerte un cierto tiempo, semanas, meses o años. No desesperes. Hay personas que lo encontraron a muy temprana edad y otros siendo ya casi ancianos, sin embargo el viaje siempre puede ser emocionante, de ti depende. Soy de la opinión de que el propósito de la vida es, sencillamente, vivirla. Cada día es un regalo de por sí y puede ser divertida, llena de color, de personas con sus devaneos, sus temas, seres vivos alrededor, experiencias… Es un libro en blanco que vas escribiendo día a día. El propósito puede ser sencillamente vivir la vida con un poco más de felicidad cada día. Sonriendo cada cosa que te agrada y aprendiendo de cada cosa que te contraría.

Si aún así lo que realmente deseas es encontrar tu “para que estoy en esta vida” entonces bucea. Busca en las profundidades de tu alma, obsérvate y hazte preguntas como estas ¿Qué te llena? ¿Qué te satisface? ¿Qué haces mejor? ¿En qué eres realmente bueno? ¿En qué no te has permitido ser mejor? ¿Qué crees que necesita el mundo de ti? Una vez descubierto ponte una fecha y manos a la obra. Eso sí, que esa fecha sea aquella que tu corazón necesita, una fecha que sea amable contigo, que puedas abordar a un ritmo razonable para ti y tu organismo, sin tensiones.

Confío en que estos 7 pasos te resulten útiles y te sirvan para marcar la diferencia. Y sobre todo recuerda, que al final en el propio camino está gran parte de la felicidad. No te olvides de disfrutarlo.

Que 2018 te sea un año muy próspero. ¡Feliz renovación!

Namaste

Autor: Minerva Tejero Ardines

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